La fiebre de los dominios

Báquia.com

Javier Castañeda
(Aug 25, 2000)

Como si algún extraño mecanismo hubiera hecho saltar la alarma, la fiebre por conseguir dominios se ha desatado produciendo un fenómeno similar al que ocurre cuando las autoridades anuncian la escasez o subida exorbitante del precio de algún alimento de primera necesidad. La gente corre como loca a los supermercados y agota las existencias. El efecto se ha trasladado al mundo de los dominios.com. Se agotan. La fiebre por comprar ‘loquesea.com’ parece haber llevado la adquisición de un dominio a situaciones insospechables tan sólo hace un año.

Registrarse o morir

Una auténtica ‘guerra’ por conseguir dominios se ha desatado. Así, se habla de Bancos de Dominios, de cyberokupación, de reventa, de dominios de segunda mano, de cifras millonarias pagadas tan sólo por recuperar una marca o un nombre.com.

Como por arte de magia, surgen avezadas empresas especializadas en buscar marcas o soluciones para clientes cuyos dominios hayan sido ocupados. Se crean organismos de arbitraje para recuperar dominios, surgen subastas de dominios, etc., y empieza a ser habitual desayunarse con la demanda de turno – de cualquier famoso o institución, pública o privada- que reivindica una pequeña parcela en la Red con su nombre. ¿Qué está pasando en el mundo de los dominios?

Compuestos y… ¡sin dominio!

Todos aquellos que quieran comprar un dominio en inglés llegan tarde: ¡Todo vendido, se han terminado!. Actualmente es casi imposible encontrar un dominio.com correspondiente a alguna palabra en inglés que no haya sido utilizado por nadie. Un estudio realizado por Names Direct refleja que la angustia por encontrar nombre ha hecho que se agoten todas las palabras en inglés. Según el estudio, todas las combinaciones de tres letras y tres números se agotaron en abril y los nombres comunes son muy escasos. Atrás quedan ahora los lejanos tiempos en que los dominios eran gratis. E incluso lejos queda ya 1992, cuando Network Solutions Inc (NSI) se hizo con el monopolio para el registro de los dominios genéricos y se convirtió en el InterNic (International Network Information Centre; Centro de Información Internacional sobre redes) para gestionar y mantener la base de datos (whois) y los servidores de dominio .com, .org y .net. El panorama ha cambiado mucho y las cifras son contundentes. La llegada masiva de las empresas a la Red y el crecimiento exponencial de usuarios, han hecho que cada vez sea más difícil llamar con nombre propio al alojamiento. Ya hay registrados 9.482.427 dominios ‘.com’ y 17.738.857 dominios ‘.org’, ‘.net.’ y ‘.gov’ en todo el mundo.

Banco de Dominios

La cosa se ha puesto tan candente que ha nacido un nuevo fenómeno de la era Internet: los bancos de dominios. Con base de operaciones en Jerusalén, se presentaba hace poco el primer banco de inversiones mundial para nombres de dominio en la Red: GoldNames. Basado en la readaptación de la estructura tradicional de los mercados de capital al nuevo activo financiero de la década, los dominios, este cóctel de nombres y dólares creado por antiguos trabajadores de Wall Street, se dedica a proveer a las compañías de Internet de nombre para dominios de ‘alta calidad’ y, lo más importante, que aún no estén registrados. Según David Teten, fundador de GoldNames, “los nombres de dominio son los nuevos bienes raíces de Internet y se han convertido en un activo financiero comparable a las acciones, bonos y bienes raíces tradicionales”. Además, son expertos en gestionar ‘al mejor postor’ nombres de dominio de alto valor, como pueden ser marcas de primeras firmas mundiales u otros dominios similares.

Ciberokupación, secuestros y otras lides

Cualquiera diría que estamos ante una clase de criminología moderna.Ciberokupas, secuestradores, rescates, pícaros y oportunistas varios, han llevado a situar a España en el tercer puesto del ránking mundial por ciberokupación, eso sí, por detrás de Estados Unidos y de el Reino Unido. Tan forzada palabra, ciberokupa, no define ni más ni menos que la avispada reacción de algunos internautas que, sedientos de hacer dinero fácil, registran a su nombre dominios de conocidas o importantes marcas o sus variantes, de manera que cuando estas empresas quieren abrir sus páginas en Internet, han de rescatarlos de sus propietarios pagando cifras normalmente bastante superiores al mero coste del registro. Sonados han sido los casos como el del ayuntamiento de Barcelona, que ocupará bastante espacio en las hemerotecas jurídicas virtuales, pues va camino de sentar precedentes incluso en la jurisprudencia norteamericana. En España hay casos descriptivos del problema, tales como Renfe.com o Port Aventura.com, entre un montón de empresas que no han podido recuperar sus dominios.com, .org o .net.

OMPI y otros intentos de regulación

Con una vida relativamente corta, la WIPO (u OMPI en castellano, es decir, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, organismo de las Naciones Unidas con sede en Ginebra, cuya misión es promover la protección de la protección de la propiedad intelectual en todo el mundo), se está convirtiendo en la encargada de poner orden en el mundo de los dominios. De hecho, muchas empresas prefieren hoy en día someterse al arbitraje, por ser éste más económico que pagar rescates millonarios, o por no poner en marcha el aparato judicial, con los costes y tiempo que ello conlleva. La OMPI está en boca de todos.

Sus informes empiezan a ser referencia en el disparado mundo de los dominios, y sus laudos suelen estar teñidos de palabras como equidad o buena fe. Y amenaza con ‘estropearle el negocio’ a más de uno. Aproximadamente el 83% de las demandas presentadas en la OMPI, se resuelven a favor del demandante, cifra elevada si se compara con los arbitrios de eResolution, que tan sólo resuelve un 49% de los casos a favor de los demandantes.

Tampoco hay que olvidar una de las principales organizaciones que aporta información en este sentido, como es el ICANN, organismo internacional que regula los nombres de los dominios.com. En sus páginas se puede encontrar abundante información sobre toda la actualidad referente al enmarañado mundo de los dominios. Las contiendas legales no se han hecho esperar. Junto a estas instituciones oficiales, empiezan a surgir movimientos que se organizan para proteger sus intereses en este terreno, como la Asociación de Derechos de Propietarios de Dominios, que, entre otras cosas, destaca por haberse metido de lleno en el caso de recuperación del dominio Barcelona.com, al estimar que ha habido abuso de poder por parte de la OMPI al devolverlo al Ayuntamiento de Barcelona. Esta asociación ha creado el primer fondo voluntario para financiar las costas judiciales del litigio en Estados Unidos, lo que constituye un precedente histórico.

Según Karl E. Peters, miembro del comité jurídico de la asociación, están absolutamente convencidos de que se trata de un caso de abuso de poder, y piensan usar el caso para crear un precedente para futuros litigios. No es una afirmación baladí. La famosa librería Amazon.com, también mantiene la misma pelea con OMPI, que quiere ceder su dominio al gobierno brasileño utilizando el mismo argumento.

Ricos y famosos

Y es que no es de extrañar que el mundo de los dominios ande revuelto, pues anda mucho dinero en juego. Cifras millonarias se han llegado a pagar por la cesión de un nombre de un dominio. El más llamativo y reciente es el millón de dólares que le ha costado a PCCW comprar el dominio ‘Cyberworks’, propiedad de Venture Catalyst. Esto ha situado a la PCCW en el número 10 del ranking de los dominios más caros. El récord lo tiene Business.com, vendido en 1999 por 7.5 millones de dólares.

No menos conocidos resultan los intentos de los famosos por recuperar sus dominios. Casos como el de Sting, el popular cantante, han pasado a la historia de los que no han podido recuperarlo por tener el nombre común de aguijón. Más suerte tuvo la afamada esposa de Banderas, Melanie Griffith, que ha recomprado su dominio, para crear un sitio con el que piensa ganar unos 100 millones de dólares con e-commerce.

Julia Roberts o Jimi Hendrix son otros de los famosos afectados por la fiebre del dominio. Tal y como están las cosas, parece que tener un dominio en la Red es fundamental. Y no tenerlo es como no estar, como no ser… Pero quizá cuando los tribunales dentro de unos años den la razón a unos o a otros, puede que ya no existan los dominios.com, que haya nuevas extensiones, pues ya se han empezado a usar otros dominios como .tv y se baraja la posibilidad de usar nuevas extensiones de más de tres letras. La polémica está servida.

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